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Periodismo, niños y máquinas

12 de diciembre de 2017

 


La historia que abre hoy domingo el Suplemento V de los diarios regionales de Vocento es un canto a la alegría, a la lucha, a la ciencia, a la persistencia, a la solidaridad, a la belleza, a la sabiduría a todos los sustantivos con todos sus adjetivos que hacen que merezca la pena vivir esta vida.

Y así lo narra con extrema precisión en un ejercicio de Periodismo de libro de estilo Inés Gallastegui. Es la historia de Teo y de todos los suyos. Y ahí está todo guapo, en la portada de V, en clase, con sus amigos, con su Upsee mákina total :-) Muaaaaaks!

La propia Inés comenta en Facebook: "Teo, Elsa y Álvaro son un ejemplo para todos. Es difícil estar a la altura de la valentía y la fuerza de estos chavales. Muchas gracias a las familias por compartir sus historias!"


Lee el reportaje Niños que son unos máquinas: así ayuda la tecnología a los menores con diversidad funcional



Niños que son unos máquinas: así ayuda la tecnología a los menores con diversidad funcional

Antes estaban en el aula como muebles. Las reformas educativas y las nuevas tecnologías permiten a alumnos con diversidad funcional ir a clase, aprender, comunicarse y jugar como cualquier chaval

INÉS GALLASTEGUI
Teo, Elsa y Álvaro se levantan cada mañana para ir al colegio. Un poco somnolientos, desayunan rápido y salen pitando. En clase aprenden, juegan y a veces se enfrentan a los temidos exámenes. Después regresan a casa y por la tarde hacen deberes, van a actividades extraescolares o ven la tele. Todo normal, si no fuera porque ellos no son niños normales: son superhéroes. Teo, con parálisis cerebral, no puede andar ni hablar y tiene reconocido un 90% de discapacidad. Elsa es, junto a su hermano Mario, la única niña de España con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) infantil, una enfermedad degenerativa que la ha postrado en una silla de ruedas y le impide hablar. Y Álvaro se quedó ciego a los pocos días de nacer a causa de una meningitis bacteriana que también le afectó al corazón y al intestino . Lo que les permite llevar un día a día parecido al del resto de los chavales es un afán de superación casi sobrehumano, el amor infinito de sus padres y el compromiso de sus maestros y terapeutas. Pero también las máquinas: aparatos en los que alguien ha puesto todo su ingenio para lograr que estos niños a quienes la vida se lo ha puesto tan difícil venzan obstáculos físicos y mentales, se relacionen con los demás y accedan a todo un mundo de conocimiento que hace apenas unos años habría sido inalcanzable.
Teo Valderrama nació en Granada hace diez años, con dos meses de adelanto sobre el calendario previsto. Vino al mundo con una grave cardiopatía congénita, su cerebro sufrió severas lesiones por falta de oxígeno y pasó sus tres primeros meses de vida en la UCI de un hospital. «Allí me dijeron que probablemente moriría –recuerda Ángeles, su madre–. Después dijeron que, si vivía, sería un vegetal. Pero también me he encontrado con gente que ha confiado en él. Siempre me empeñé en que fuera a una guardería normal y a un colegio normal, y profesores con muchos años de experiencia detectaron en sus reacciones que interactuaba con su entorno: se ponía nervioso, contento o lloraba según los estímulos externos, y eso les puso en la pista. Daba muestras evidentes de que quería decir cosas y aprender». Su capacidad motora está muy afectada. No puede mantenerse de pie ni tiene motricidad fina: no es capaz de sujetar un objeto con las manos y le cuesta pulsar un botón. Después de varias operaciones y cientos de sesiones de fisioterapia y logopedia, aquel ‘vegetal’ dice con su tablet y su sintetizador de voz qué le apetece comer, monta a caballo, achucha a su hermano de 11 meses, hace ‘zapping’, se sabe los planetas del Sistema Solar, manda mensajes de ‘whatsapp’ a sus tías y está aprendiendo los antónimos y los sinónimos con sus compañeros de 3º de primaria. «Es un cerebro que piensa encerrado en un cuerpo con graves problemas de movilidad», resume Ángeles, la mujer que nunca se rinde. Todos esos logros no habrían sido posibles sin la energía incansable de la familia, pero tampoco sin el compromiso de los profesionales que le han acompañado en ese camino a veces duro y frustrante. «Es algo que no está en el sueldo», afirma Ángeles, agradecida.

Nuevos retos

El sistema primitivo de comunicación de Teo consistía en enumerar una serie de opciones y esperar a que él indicara la elegida emitiendo un sonido parecido a un ‘sí’. Esa misma lógica aplica el programa Verbo, un software de la firma andaluza Eneso que crea tableros de comunicación capaces de transformarse en palabras, imágenes o actividades. El usuario puede seleccionar las celdas con diversos periféricos, como un ratón convencional o de bola, un joystick, una pantalla táctil o un sistema de seguimiento ocular. Teo lo hace con una varilla que pulsa con la sien y el sintetizador de voz habla por él.
Conseguirlo ha costado muchas horas de profesionales como Raquel Cobos, su logopeda desde hace tres años. Su reto es que Teo «tenga la misma autonomía, en el ámbito comunicativo, que cualquier otro niño, y que tenga acceso a todo el material curricular que requiera». Reconoce haber aprendido «muchísimo» de él. «Guardo con mucho cariño la imagen de Teo y sus padres cuando por primera vez usó su comunicador para llamarlos, la emoción en la cara del niño y las lágrimas de los adultos. No deja de sorprendernos, ya que cada vez que se propone un nuevo reto, lo resuelve con la mayor naturalidad», asegura, recordando, por ejemplo, cuando se dieron cuenta de que había aprendido él solo palabras en inglés.
Su tutor, Miguel Ángel Álvarez, lo corrobora. Los dispositivos electrónicos permiten a Teo y a Héctor, un compañero con un trastorno del espectro autista, participar en la clase e interactuar con los demás. Y ellos no son los únicos que progresan: «La inclusión nos encamina a fijarnos en las potencialidades que cada uno tiene, no en las dificultades que suponen esas diferencias». Respetar el turno de palabra, tener paciencia mientras un niño utiliza su comunicador, no burlarse si hay un error y mantenerse concentrados en la tarea pese a que haya en un aula de 13 alumnos varios adultos además del profesor –una monitora, un maestro de prácticas o un especialista del departamento de orientación– son habilidades que han aprendido todos. La otra lección es la solidaridad, recuerda David Betoret, director de este colegio ubicado en un barrio desfavorecido de Granada que hace diez años apostó por la inclusión educativa y en el que el 10% de sus 550 alumnos tiene necesidades especiales.
Elsa Ibáñez es otra campeona que, a medida que avanzan la debilidad y la atrofia muscular asociadas a la ELA que padece desde que nació, ha ido supliendo con máquinas las funciones que antes realizaba su cuerpo. Nunca llegó a caminar sola, pero cuando era bebé se mantenía de pie y podía desplazarse con un correpasillos. Ahora conduce una silla eléctrica que maneja con un joystick. En cambio, sí ha ido perdiendo el habla y, aunque de momento puede manejar la pantalla táctil de la tablet y el teclado del ordenador, se ha entrenado para escribir con un sistema de seguimiento de la mirada con el que el parpadeo o la fijación de la vista actúan como el ‘clic’ de un ratón, fabricado por una empresa vasca. Una vez escrito el mensaje, solo tiene que fijar los ojos en el recuadro ‘hablar’ para que el sintetizador de voz pronuncie sus palabras. «Con el Irisbond me puedo comunicar con mis amigas y con todos», escribe por whatsapp a la periodista. «Ella está muy contenta porque antes hablaba y no le entendían. Le frustraba mucho», explica Eva, su madre.
El ELAinfantil es una enfermedad rarísima, que carece de tratamiento y no evoluciona tan rápido como la variedad adulta. «Cognitivamente no tienen afectación. Elsa cursa sexto de primaria y el nivel de la clase lo lleva perfectamente. El colegio se está involucrando mucho en el uso del comunicador», señala.
Sin embargo, también hay «ciertas carencias» para su integración académica. Por ejemplo, los problemas de Matemáticas precisan de una parte que se resuelve con papel y lápiz en la que Elsa está en desventaja. Y la administración educativa aún no ha puesto a su disposición la versión online de sus libros de texto y de ejercicios, por lo que todos los deberes de Elsa los tiene que transcribir su madre, cada tarde, en un cuaderno. Eva está preocupada por el futuro y no solo por el desarrollo de la enfermedad; también por la capacidad del sistema para adaptarse a niños diferentes. Para el curso que viene necesitan encontrar un instituto de secundaria que sea capaz de atender a las necesidades de la pequeña.
El otro problema es el dinero. Eva tuvo que dejar su puesto de trabajo en el Ministerio de Defensa para atender a sus dos hijos. La familia cobra por la ayuda de la dependencia 387 euros al mes, pero debe afrontar gastos extraordinarios que no cubre esa cantidad. Por ejemplo, la silla eléctrica costó 13.700 euros y la Seguridad Social aún no les ha reembolsado los 3.500 previstos.

Investigación tiflotécnica

Pero quizá el ejemplo más claro del papel clave de la tecnología en la superación de barreras es la Organización Nacional de Ciegos (ONCE), una auténtica potencia en este campo. Setentapersonas trabajan en su Centro de Investigación, Desarrollo y Aplicación Tiflotécnica (Cidat) para diseñar y comercializar productos de apoyo y tecnologías dirigidas a personas ciegas o con deficiencia visual grave. Su director, Guillermo Hermida, explica que el Cidat mantiene un estrecho contacto con fabricantes y distribuidores –entre ellos, gigantes como Apple, Microsoft y Samsung– para lograr que sus productos sean más accesibles. «Contamos con un equipo de evaluadores que prueban cosas de la calle para ver cómo hacerlas más accesibles a las personas ciegas, desde un robot de cocina hasta webs y apps de interés», señala. Además, tienen relación con 40 distribuidores de 15 países especializados en artículos para la discapacidad visual, con idea de ofrecérselos a sus 72.000 afiliados. Por último, diseñan sus propios productos, especialmente software y aplicaciones.
«La tecnología es un arma de doble filo –reflexiona Ángel Sánchez, director general de la ONCE–. Puede ser la puerta a la integración, pero también una barrera para la inclusión. Hay que estar constantemente vigilando para que las plataformas educativas, las pizarras electrónicas que se están implantando en los colegios, las tablets y los ordenadores sean accesibles para todos».
El Cidat tiene una línea específica para el ocio y la educación de los niños, en la que se ofrecen desde juegos tradicionales, como el balón sonoro, el tres en raya o el ajedrez adaptados, hasta videojuegos para uso de todos los chavales. La próxima primavera presentarán uno de sus proyectos estrella, fruto de su colaboración con investigadores de la Universidad Complutense: un editor científico accesible, una herramienta que facilita el estudio de las Matemáticas, la Física y la Química a un alumno ciego aunque su profesor no conozca el braille.
Además de un fondo de 45.000 audiolibros en formato Daisy, específico para lectores ciegos, la ONCE mantiene un sistema de préstamo de equipos informáticos a trabajadores y estudiantes. Uno de sus beneficiarios es Álvaro de los Ríos, un chaval de 12 años que acaba de dar el difícil salto de primaria a secundaria con una media de notable alto. Cada día coge el autobús para ir al Instituto Juan de Juni de Valladolid y una vez allí se mueve como Pedro por su casa con su bastón. «Tengo amigos, me he adaptado bien y me siento bastante autónomo», explica Álvaro, a quien su madre, Blanca, describe como un chico «muy cariñoso y abierto». Y bastante estudioso, porque lleva sus asignaturas al día repasando la materia cada tarde en casa y hasta las Matemáticas de la ESO, que en un principio se le resistieron, las tiene ya dominadas. «Tiene muy buena memoria y con leer algo dos veces, ya se lo sabe», presume su madre. Y lo mismo para aprenderse los recorridos que hace a pie por la ciudad.
Tanto en el instituto como en casa utiliza los equipos que le facilita la ONCE, que también ofrece formación para el profesorado de Álvaro desde la guardería hasta hoy. Como se quedó ciego siendo bebé, se familiarizó desde muy pequeño con el braille a base de punzón y papel. Más tarde aprendió a teclear con la máquina Perkins y ahora utiliza la línea braille –un dispositivo que se conecta al ordenador y permite leer con las yemas de los dedos lo que hay en la pantalla– y el Jaws, un software que verbaliza la información que aparece y posibilita al usuario invidente manejar los programas del ordenador y navegar en internet. También está, como cualquier adolescente, pegado a su móvil, un modelo que lleva incorporada la accesibilidad para ciegos.
Los fines de semana Álvaro practica natación y goalball, un deporte en el que los jugadores deben meter en la portería un balón con cascabeles que pesa casi dos kilos. De mayor le gustaría ser psicólogo. ¿Por qué? «Para ayudar a la gente», responde.

El Fotoperiodismo de Alfredo Aguilar: II Premio Carlos Pérez Siquier

5 de noviembre de 2017






¡Venga!
Dime qué ves en las fotos. Dime qué te producen por dentro. ¿Te dan pellizco? ¿Sonríes? ¿Te nacen preguntas? ¿Te preguntas dónde las han sacado? ¿Quieres saber más? ¡No me jodas que es Granada, la ciudad de la Alhambra! ¡Pues están de premio, tío!


Claro que están de premio. Están de II Premio de Fotografía Carlos Pérez Siquier, cuyas bases, en su primer punto, dicen: "La Real Academia de Bellas Artes de Granada ha decidido en sesión plenaria y por unanimidad convocar el II Premio de Fotografía para el compromiso social Carlos Pérez Siquier. La convocatoria citada se realiza con la finalidad de premiar aquella serie de fotografías que sepan plasmar, con un mayor acierto, alguno de los aspectos del compromiso social que incumbe a la fotografía como manifestación artística y como expresivo testigo de las dificultades de nuestro tiempo para sostener la igualdad entre todos los ciudadanos y el desarrollo de la sociedad española conforme a los valores democráticos de convivencia y respeto efectivo a los derechos fundamentales, todo ello conforme a las siguientes".

El autor de las fotografías es Alfredo Aguilar, compañero en la Redacción del diario IDEAL de Granada. Así que no cabe más que felicitarle, eso, para empezar, como bien refleja la información publicada en IDEAL.


Luego, toca contarlo.
Este penúltimo mediodía habíamos quedado en el Campo del Príncipe en el Realejo. Teníamos varios temas entre manos, donde uno de los no menos importantes era reservar mesa en la sidrería El Trasgu, que tocaba unas fabes con los compañeros fotógrafos. Entre estas vicisitudes, bicis sin frenos y cuitas pendientes, me dice el tipo bajito al oído: 

-"Me acaban de decir que acabo de ganar el Carlos Pérez Siquier" 
-Me quedo de piedra. Que te reconozcan el talento, el esfuerzo y el trabajo, para nosotros que lo vivimos, es tan ilusionante que el abrazo que te metes tiene que estar a la altura.

Inmediatamente, le tengo que preguntar:

-¿Qué son esas fotos?
-Un reportaje en un chatarrero rumano, responde Alfredo. Me llevó al cortijo donde vivía, en Almanjáyar, al final de Molino Nuevo a las espaldas (...) Sucede que en cuanto te ven que les haces fotos, los demás también quieren, y te las ponen que ni pintás (....) Ahí vivían como cinco familias (...) Sacas la cámara y disparas (...) Hay que aprovechar.

También lo ha contado en el periódico y en su blog Jesús Lens: FOTOPERIODISMO DE PRIMERA, por Jesús Lens: El fotoperiodismo granadino está de enhorabuena. Hace unos días, Alfredo Aguilar se convertía en noticia al ganar el II Premio de Fotografía Carlos Pérez Siquier, convocado por la Real Academia de Bellas Artes de Granada, por ‘Inocencia’, una extraordinaria serie de instantáneas en blanco y negro tomadas aquí al lado, pero que podrían representar un sinfín de espacios, tiempos y lugares de cualquier parte del mundo (...) Y de nuestro Alfredo Aguilar, ¿qué les puedo contar? Es una de esas raras personas cuya mera presencia te mejora el ánimo, te arranca una sonrisa y te arregla el día, por torcido que esté. No sé qué tendrá Alfredo ni cuál es su secreto. Solo les diré que adoro cruzármelo, aunque sea unos segundos. El concepto «tío grande» encuentra en Alfredo Aguilar su más depurada acepción. Y solo un tipo tan grande como él es capaz de captar la esencia del ser humano en una prodigiosa serie de instantáneas que entroncan con lo mejor de la historia del fotoperiodismo humanista. 

Y ahora, me gustaría ofreceros un poco de contexto sobre la importancia del premio que ha ganado Alfredo Aguilar. Y lo mejor, es publicar también la fotografía que ganó el premio en su primera edición, el año pasado:  La Academia de Bellas Artes de Granada reconoce a Marina del Mar por una foto de La Chanca. Como se puede comprobar, la fuerza que tiene es impresionante. Y es, por decirlo de alguna forma, la herencia, el legado de AFAL. 



Veamos ahora qué diablo es es AFAL: El Grupo fotográfico AFAL fue un colectivo de fotógrafos españoles que iniciaron un proceso de renovación fotográfica a mitad del siglo XX. Su principal vehículo comunicativo fue la revista AFAL, editada por la Agrupación fotográfica almeriense desde 1956.

El centro Andaluz de Arte Contemporáneo celebró una exposición con sus obras. En este link está toda la información: "El principal punto de conexión de los integrantes del grupo AFAL (Agrupación Fotográfica de Almería) fue su visión de la fotografía como una manifestación artística autónoma y portadora de una serie de "peculiaridades que la hacen independiente, soberana de su propio campo de expresión y con posibilidades inéditas no soñadas ni explotadas por otras artes más antiguas en el tiempo". AFAL, que reunió a algunos los mejores fotógrafos españoles de la generación de los cincuenta, nunca fue un colectivo homogéneo con una tendencia estética definida, sino una suma de individualidades interesadas por aspectos muy diferentes de la creación fotográfica: desde el fotoperiodismo a la investigación formal o la exploración intimista".

El diario El País realizó una buena cobertura, donde puedes ver también una galería de sus fotografías: ‘AFAL, una voz en el desierto’. Y también hay un documental de una hora, muy completo, que con el título 'AFAL, una mirada libre (1956-1963)', rescata la importancia de este grupo de fotógrafos.

Spiriman: El hombre que insultaba demasiado

25 de octubre de 2017


El doctor Jesús Candel, cuyo alias es Spiriman, protagoniza desde hace un año las protestas en Granada por una sanidad digna, de calidad. Sus convocatorias de manifestaciones han llenado repetidas veces las calles de la ciudad de la Alhambra, hasta el punto que la fusión hospitalaria que organizó la Junta tuvo que dar marcha atrás y el Gobierno andaluz aprobó un decreto de 'desfusión'.

Hasta aquí, sin estar de acuerdo ni dejar de estarlo, nada que objetar. Como periodista uno informa y busca la manera de dar todas las versiones, la fotografía de 360 grados para que el lector esté informado. Ahí, en la foto, estoy entrevistándole en un directo de Facebook durante una de las manifestaciones. 

Los nuevos argumentos de Spiriman son los insultos. Spiriman, el doctor Jesús Candel, lleva lo que va de semana insultando a periodistas, amigos y políticos con calificativos como "lameculos", "chupóptero del sistema", "gilipollas", "tonto del culo", "tonto de capirote", cabrón", "tonta", "sinvergüenza", "ladrona", "hijadeputa".

Entiendo que el Colegio de Médicos, La Junta de Andalucía y el Colegio de Periodistas de Andalucía deberían recomendarle que moderara su discurso, que dejara de insultar.

En efecto, resulta que, ahora, el doctor Jesús Candel se ha convertido en el hombre que insultaba demasiado. Es vehemente, vocifera, grita e insulta. Llama "lameculos" a un amigo mío que, una persona de bien, que cuando llegué a Granada de becario en 1990 me acogió en su casa. Rafa Troyano.

Tengo sentado a mi derecha en la redacción del periódico Ideal a Dani Olivares, Dawson para los colegas, a quien estos días, en vídeos y textos compartidos en redes sociales, le ha llamado "periodista reprimido", "chupóptero del sistema", "gilipollas" y "tonto del culo".

A la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, le ha llamado repetidas veces "hija de puta". Al alcalde de Granada, Paco Cuenca, le tilda de "tonto de capirote" y todas las lindezas más que se puedan concebir.

Al líder de Ciudadanos en Andalucía le llama directamente "cabrón". 

A María Jesús Montero, consejera de Hacienda, "tonta", "sinvergüenza" y "ladrona".

Y así, sin misericordia, Spiriman se ha convertido en el hombre que insultaba demasiado.

Os dejo aquí sus entradas en Facebook con sus vídeos, donde se escuchan más insultos.

Vídeo 1
Vídeo 2


Alguien debería hacerle llegar que este no es precisamente el camino.  

Personalmente, además de apoyar a mis compañeros periodistas, a quienes respeto y aprecio, mandar un abrazo a los políticos que están siendo insultados y recordar que la razón se pierde, sobre todo, cuando palabras como cabrón, hijadeputa o lameculos, salen continuamente de tu boca.














El oficio de ganar elecciones y el arte de perderlas

24 de octubre de 2017



"Algunos hombres cambian de partido por el bien de sus principios; otros cambian de principios por el bien de sus partidos", sir Winston Spencer Churchill, Premio Nobel de Literatura en 1953, dos veces primer Lord del Almirantazgo y dos veces PM del Reino Unido de la Gran Bretaña, defensor de su isla y el único que plantó cara al Nazismo de Hitler.

De la misma pasta, con el color de la ironía y con el sabor del whisky añejo de intensas noches electorales, ‘El oficio de ganar elecciones y el arte de perderlas’, son unas jornadas que comienzan mañana en Madrid y que prometen poner negro sobre blanco el arco iris de nuevas ideas que permiten controlar la maquinaria del poder en su hora más temible: cuando los ciudadanos votan y ejercen la soberanía popular.


Y ahora, os comento por qué recomiendo asistir a estas jornadas sobre ‘El oficio de ganar elecciones y el arte de perderlas’. Mi idea es bien sencilla. Estamos en un momento en el que triunfa la demagogia, el populismo, la manipulación más burda que a través de las redes sociales y de los medios de comunicación más obtusos producen y reproducen lo que se ha venido a llamar la postverdad, lo que de adolescentes llamábamos ‘la mentira por la verdad’.

Es lo que en Periodismo reconocemos com Fake News, bulos y noticias falsas a sabiendas. O, como decía el otro, Mentiras Grandes Mentiras y Estadísticas, cuando en la época del Big Data se falsean los números para que hieran las letras. Es entonces cuando un país sangra y sus ciudadanos lloran lágrimas enteras. 

Es, en resumen del gran pensador Pepe Cervera, "cuando los datos no consiguen informar de la realidad estamos en un proceso pre-revolucionario", que algunos como José A. Pérez Ledo llamamos "La Segunda Transición, porque la Primera se nos está haciendo muuuuy larga.

Y, también, es que en la era de las ruedas de prensa de plasma, de las comparecencias informativas sin preguntas, de los eternos donde dije digo, digo Diego, los comunicados falsos, las llamadas intoxicadoras, los confidentes peseteros, la transparencia más opaca, unas jornadas para encarar a los portavoces oficiales de los partidos políticos españoles, a los amos de los datos y las encuestas, a los que manejan el presente político y tienen pintas de que te los vas a encontrar en el futuro inmediato.



¿Qué vas a encontrar en estas jornadas ‘El oficio de ganar elecciones y el arte de perderlas’?

-El Brexit, la victoria de Trump o la irrupción de Macron establecen nuevos paradigmas políticos, nuevos estilos de comunicarse y de hacer campaña que también afectan de lleno a nuestro país. Las viejas certezas han desaparecido 

-Lo que antes eran “sencillas” campañas de carril, azul contra rojo, cambio frente a continuidad, conservar frente a progresar, “lo de todos” frente a “lo de unos pocos”, se ha llenado de matices, de desapegos cívicos y activaciones colectivas líquidas en los que la lucha por el poder se torna multicolor, y es en este entorno en el que se hace cada vez más protagonista el papel de unos actores secundarios, los consultores políticos. 

-Un oficio que se abre camino para los científicos sociales de todas las ramas, que aportan su mejor versión para confluir entre ellos buscando la objetivación de la campaña, la profesionalización de éstas y, por supuesto, la conquista de la victoria. 

-Es el tiempo de los equipos que se orquestan alrededor de un candidato ejerciendo de enlace interno con su ciudadanía

-Estos equipos trabajan desde la sombra no sólo para hacerlos ganar, sino para mejorar la conexión entre actores e influir en el mantenimiento de una democracia plena, justa e igualitaria. Ya sea en una carrera gradual y constante, como las Primarias de Clinton, o arrasando cual tornado llamado Macron en pocos meses. Un trabajo arduo que nace mezcla del instinto y la metodología, que une precisión e improvisación a partes iguales y que sólo tiene una meta: Ganar las elecciones y ejercer el poder. 


-El objetivo de estas jornadas es mostrarles a los participantes algo que hasta ahora solo podía haber intuido en alguna serie de Netflix. Acercarles al ámbito de la consultoría política desde su praxis, con ponencias que muestran las diferentes realidades vividas en una campaña y que solo tienen una cosa en común, quienes van a tomar la palabra son consultores políticos. Han participado, y en muchos casos dirigido campañas electorales de las de verdad. Conocen de primera mano el oficio de ganar elecciones y han experimentado el arte y el aprendizaje que surge de perderlas.

Un cantecito al viento

17 de octubre de 2017



Los dedos tamborilean sobre la mesa. Se acompasan con una media sonrisa afilada, canalla, que envuelve una mirada con ojos brillantes. Tac-tracatac-trac-trac. Maneja el tempo. Espera a que una larga mesa con treinta periodistas que toman cerveza brindando por todo lo que vendrá después se acomoden al tran-tran de sus dedos que repiquetean sobre la mesa.

Se hace el silencio tan solo para envolver la copla, el cantecito al viento nacido para dejar las cosas en su sitio. 

Es delicioso. Habla de la tiranía que nos quiere despedir. Pero no hiere. Describe y rima. Es jacarandoso, es libre y es verdad, como cualquier verano en el que has amado porque te han querido. Todos volamos al viento, juntos, la tribu.

Es lo que tiene el Periodismo, que son velas y cantes al viento, justo donde soplan los problemas para poner luz y dar la palabra y la voz al que no la tiene, a quien se la quitan. A quien no le dejan.

Es ser débil con los débiles para luego poder ser fuerte con los fuertes, como nos enseñó Enrique Meneses.

Ese cantecito es el resumen de todo lo que ha pasado este martes de octubre en Granada. Un día en el que ha soplado el viento, que siempre es libertad. Y eso es el Periodismo.

Gracias.

MÁS INFORMACIÓN











Los secretos de Granada Gourmet

4 de octubre de 2017


Granada Gourmet es una gozada. La reunión de paladares, olfatos y sonrisas más atrevida del Sur de España que, cada año, se cita en la ciudad de la Alhambra para rendir culto a los fogones, a la mesa, a los alimentos, las técnicas, los cocineros, los vinos y, por supuesto, al alma entera.

Este año se centra además en Andalucía. Va a ser un evento andaluz que se celebra en Andalucía donde la propia tierra es la protagonista. Son cuatro días, desde mañana, jueves, hasta el próximo domingo, en el que la gastronomía se cuece en el Palacio de Congresos de Granada para disfrutar y también para aprender, que la innovación tiene también su sal y su pimienta. 

Los secretos de Granada Gourmet son parte esencial de su encanto. Y tienes que descubrirlos y disfrutarlos por ti mismo. El evento, organizado y patrocinado por el diario IDEAL, ha logrado hacerse su propio hueco entre las citas más prestigiosas del país. Y lo hace además a lo grande, la otra letra 'g' que se añade esta edición a Granada Gourmet.

Pero, y como aperitivo, te adelanto en esta entrada lo que creo que es lo más apetecible y suculento del menú que ha confeccionado Granada Gourmet para esta edición.



La presente edición de Granada Gourmet, ya lo hemos avanzado, es la más andaluza de todas. Es así un homenaje a la tierra y sus productos, y también a los profesionales que están consiguiendo que Andalucía tenga ya un nombre propio en la gastronomía. Además, se demostrará con la presencia de los primeros espadas de la restauración de las provincias de Córdoba, Almería, Jaén y la propia Granada, que suman esfuerzos para subir un par de peldaños más en la calidad y en la magia.

Por ejemplo, por primera vez, siete chefs granadinos van a cocinar para ochenta personas un menú cocinado a catorce manos. Algo único. Los cocineros de la vecina provincia de Jaén asumen el reto y han diseñado otra oferta gastronómica que elaborarán a diez manos. Esta comida acumula cinco soles de la Guía Repsol.

De Almería llegan soles y estrellas. El Sol Repsol de La Terraza Carmona de Vera y la Estrella Michelin de José Álvarez. Falta Córdoba, que viene representada por Kisko García y su Estrella Michelín. No son los únicos. Granada Gourmet recibe a Paolo Casagrande, el primer tres Estrellas Michelin de Barcelona, discípulo de Martín Berasategui.



¿Quieres más secretos? Hay un montón de talleres gratuitos para que tú también te inspires con el espíritu de Granada Gourmet. Hay catas de todo tipo de vinos y bebidas o te van a enseñar a preparar comida japonesa o la mejor repostería. Muy recomendable, no te la pierdas, la cata de Cervezas Alhambra. 

Y, por supuesto, uno de los éxitos de público de Granada Gourmet, que no todo va a ser escuchar y salibar ante las grandes preparaciones de los mejores cocineros. Es el turno de la zona de gastrobares, donde hay una docena de ellos con sus tapas y raciones en un ambiente estupendo.

Queda lo que para mí va a ser una de las actividades más apetitosas del presente Granada Gourmet. Se trata de la charla que ofrece Carlos Maribona, autor del blog Salsa de Chiles, un mito en la gastronomía europea por anticipación y por sus contenidos, en la que compartirá cómo hace su trabajo y desvelará las claves a las que se enfrenta un crítico gastronómico a la hora de conocer un restaurante y escribir posteriormente su crítica. 

CRÉDITOS
Las fotografías son de la pasada edición del Granada Gourmet, obra de Fermín Rodríguez




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